Con la ayuda de un grupo de prisioneros españoles que lideran la organización clandestina del campo de concentración de Mauthausen, Francesc Boix (Mario Casas), un preso que trabaja en el laboratorio fotográfico, arriesga su vida al planear la evasión de unos negativos que demostrarán al mundo las atrocidades cometidas por los nazis. Miles de imágenes que muestran desde dentro toda la crueldad de un sistema perverso. Las fotografías que lograron salvar Boix y sus compañeros fueron determinantes para condenar a altos cargos nazis en los juicios de Núremberg en 1946. Boix fue el único español que asistió como testigo.