Cuando era niño, Noé es testigo de la muerte de su padre, Lamec, por un joven Tubal-caín. Años más tarde, un adulto Noé vive con su esposa Naamá y sus hijos Sem, Cam y Jafet. Después de ver una flor crecer instantáneamente del suelo y ser perseguida por los sueños de una gran inundación, Noé los lleva a visitar a su abuelo Matusalén.